Creer es algo complicado. Quizás no sea lo mismo creer en la Santa Compaña que en cómo pedir ayuda a tu ángel guardián. Aunque, en el fondo, todo proviene de lo mismo. El más allá es difícil de comprender, pero continuamente nos transmite señales que, solo los más preparados, pueden captar. Que no te ciegue el miedo y no olvides que tienes a tu lado a tu ángel de la guarda.
Los ángeles guardianes, presentes en nuestra vida
Muchas veces nos hemos sentido enfadados con nosotros mismos por muchas circunstancias de la vida, ya sea cuando algo muy importante para nosotros sale mal o, incluso, cuando perdemos a un ser querido. Quizás te haya pasado que, sin darte cuenta, has renegado de Dios. Esto hace que nos olvidemos de que tenemos a un ángel guardián dispuesto a ayudarnos cuando se lo pidamos.
En muchas religiones se contempla la imagen del ángel de la guarda. No es tan difícil comprobar los momentos en que ha intercedido por ti. Cuando algo parecía imposible de realizar y, de repente, en el momento en que menos te lo esperas, se cumple lo soñado, no es resultado de magia, sino de que tu ángel te ha estado oyendo.
Los ángeles aparecen descritos por primera vez en La Biblia. Están al servicio de Dios y, según sus rangos, cumplen diferentes funciones. El de la guarda es asignado para que nos proteja, aunque existen diferentes opiniones sobre ellos. Algunos creen que este es asignado desde que nacemos, acompañándonos hasta que morimos.
Otros piensan que, a lo largo de nuestra existencia en la Tierra, pueden llegar a asignarnos varios, según las diferentes épocas de nuestras vidas. Hay quien atribuye a esta defensa angélica a seres queridos, que se fueron antes que nosotros, como si de una misión dependieran para poder ascender.
Se cree que, si te olvidas de él, es posible que todo te resulte más difícil. Por eso, lo primero que tienes que hacer es llevarlo presente contigo. Muchas veces, mediante tu conciencia, te intenta indicar la diferencia entre el bien y el mal. Es el que te encamina hacia los aciertos, aunque en personas que se han entregado al pecado y actúan con una malicia consciente, su ángel puede llegar a abandonarle.
Recuerda que, ante el arrepentimiento, como bien dicen las Escrituras, Dios es misericordioso. Solo necesitarás abrir tu corazón y añorar la presencia de tu ángel de la guarda para que este interceda por ti ante Dios. No te preocupes si no sabes cómo pedir ayuda a tu ángel guardián; existen muchas maneras.
La misión del ángel de la guarda
Desde que naces, y como su nombre lo indica, tiene la misión de guardarte, es decir, de protegerte. Su protección cubre diferentes contextos. No solo te puede proteger de los peligros que te acechen, sino de cometer errores garrafales que conlleven a ensuciar tu alma.
Una de las creencias que existen en torno al ángel de la guarda es que será nuestro guía, cuando llegue el momento de nuestra muerte. Él nos mostrará el camino hacia Dios, iluminándonos para alejarnos de la oscuridad en la que son condenados los espíritus malignos.
Muchas son las experiencias que cuentan cómo, ante una circunstancia de peligro inminente, al pedir ayuda a Dios o a su ángel de la guarda, salieron ilesos. Del mismo modo, gente que tenía en sus manos delinquir, en un momento determinado decidieron no tomar ese camino, lo que les produjo que toda su suerte en la vida cambiase a mejor.
El ángel que nos guarda nos suele hablar sin que nos demos cuenta, aunque también se puede distanciar de nosotros si, por nuestras acciones, nos alejamos nosotros del bien. Por suerte, hay muchas maneras de pedirle ayuda a nuestro ángel guardián.
¿Cómo podemos pedir a nuestro ángel de la guarda?
La religión católica nos ha enseñado una oración que podemos rezar a nuestro ángel siempre que nos sintamos desamparados. Es posible que alguna vez te la hayan enseñado de niña. En ella ruegas a tu protector que no te deje en ningún momento del día y que pida a Dios por ti. Aunque nos enseñaron esta forma de rezarle cuando éramos niños, podemos seguir pidiéndole así de adultos. Sea como sea, él nos va a escuchar.
Cómo pedir ayuda a tu ángel guardián es muy sencillo, siempre que en nosotros esté la voluntad de hacer buenas acciones. Caso contrario, no sería extraño que nos dejara solos a nuestra suerte. Recuerda que los ángeles son criaturas fieles a Dios, forman parte de sus soldados y, de alguna forma, interceden para combatir el mal y librarnos del camino incorrecto.
Otra forma de llegar a él es concentrarte. Debes desechar todo rencor y sentirte agradecida a Dios. Relájate y visualiza un círculo blanco. Siente que el ángel de la guarda asignado a ti se va acercando. Deberás intentar este ejercicio sin desanimarte. Sabrás que está a tu lado cuando la felicidad y la paz te llenen.
El ángel de la guarda es esa dulce compañía que intentará guiarte por el camino divino.
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