La meditación sanadora es una de las técnicas más eficaces a la hora de equilibrar cuerpo y mente. Todos sabemos que la vida no es un camino de rosas y, en multitud de ocasiones, nos vemos frente a problemas que no sabemos gestionar y que nos producen dolor. Cuando este problema se prolonga en el tiempo, se intensifica, y a menudo puede originar enfermedades físicas que nosotros mismos nos provocamos como consecuencia del malestar psicológico prolongado.
Si bien un médico puede ahondar en los síntomas físicos, a veces, no es capaz de llegar al origen del mismo que es el que realmente importa y que hay que curar para parar la enfermedad. Las pastillas no son una solución al problema sino una manera de aliviar los síntomas, si no paramos el verdadero origen de nuestros males, el dolor va a acabar apareciendo de nuevo.
Algunos tipos de Meditación Sanadora
Ante esta laguna médica, aparecen las diferentes técnicas de meditación sanadora, y estas son las más populares:
Reiki
Se trata de una técnica de meditación sanadora basada en la “energía universal”, que fue descubierta en los años 20 del siglo pasado por monjes budistas. Una sesión dura algo menos de una hora y consiste en la imposición de las manos de un profesional en distintas partes de tu cuerpo para hacer que la energía fluya.
Para favorecer este trasvase de energía, tienes que estar tumbado, vestido pero descalzo y relajado mediante música suave y aromaterapia, utilizando esencias naturales o tipos de incienso. ¿Qué se siente en una sesión de reiki? Físicamente, depende de la persona: unas sienten hormigueo, otras frío o calor en la parte del cuerpo donde estén las manos del profesional. Otras no sienten nada de nada. Pero lo que sí experimentan todas ellas es una sensación de paz increíble y una relajación que pueden llevarlas a quedarse dormidas.
Curación a distancia
En ocasiones, físicamente no nos es posible acompañar a un enfermo y pensamos que al no haber contacto, no puede haber intercambio de energía. Pero esto es un error, ya que existen técnicas conocidas como de “curación a distancia” que permite conectarnos con esa parte no física de los demás.
Se trata de enviar energía sanadora a una persona que está lejos a través de lo que se denomina “bioenergía“. Esto se apoya en que tenemos una estructura que no es física, denominada cuerpo energético, que es capaz de penetrar en las células físicas de nuestro cuerpo. Técnicas como la homeopatía y la acupuntura se basan en este principio, aunque en este caso que nos referimos se envía esa energía sin contacto físico, mediante el rezo y la expansión de esa bioenergía.
Meditación
Esta técnica se ha puesto muy de moda últimamente, pero has de saber que no se trata de una técnica fácil, ya que no es tan simple como sentarse a pensar. La mente nos suele jugar malas pasadas y si no nos enseñan unas técnicas para apartar esos pensamientos comunes y, además, no lo hacemos en el entorno adecuado, no funcionará.
La preparación para una buena meditación pasa por elegir un lugar silencioso o tranquilo. Podemos irnos a un lugar que nos transmita paz, como un bosque o cerca de un río donde no haya nadie, pero también puede ser en nuestra casa, en una habitación oscura donde podamos poner unas velas y relajarnos. No olvidemos ser conscientes de nuestro cuerpo, elegir una buena postura para meditar, que nos tiene que hacer sentir cómodos pero no excesivamente. Por último, y muy importante: hemos de hacer una respiración abdominal.
Con una serie de técnicas y directrices impuestas por profesionales, podemos dedicar unos minutos al día a esta práctica y ver todo lo que puede hacer por nosotros.
Medicina antropofósica
Es una de las técnicas más desconocidas de la meditación sanadora y consiste en aquel proceso que busca el equilibrio en los cuatro espectros humanos, que son: el aspecto individual, el emocional, el mental y, por supuesto, el físico. Esta teoría dice que la salud de las personas depende de la relación de estas cuatro esferas, es decir, que si una de ellas falla, afecta a las demás.
Estos aspectos están relacionados con los tres sistemas que constituyen al ser humano: el pensamiento, el sentimiento y la voluntad. Y su curación, según esta técnica, pasa por una combinación de medicamentos tradicionales y otros propios, todos ellos tendentes a encontrar el equilibrio perdido a través de la autocuración del cuerpo.
Así, la medicina propia antroposófica puede pasar por la realización de cierto tipo de masajes, o ejercicios físicos pero también te pueden prescribir hidroterapia, baños medicinales o terapia artística, todo ello dependerá de la parte que tengas más afectada. La duración de esta terapia también se establecerá a partir de un análisis de la enfermedad y de tu propia personalidad.
Leave a Reply