En la actualidad, a poco que naveguemos por la red buscando un buen gabinete de Tarot, podemos observar cierta rivalidad, pública y notoria, entre distintos profesionales dedicados a la videncia y al esoterismo. Es tal la pugna entre ellos que se olvidan de lo esencial: las personas buscan tarotistas honestos, fiables y que generen confianza. Y estas cualidades no se cimentan desde el ataque, o la promesa o creando falsas expectativas.
Un tarotista honesto; antes que nada nos debe decir que el futuro está por escribir. Las cartas del Tarot son una ayuda, una iluminación y un aporte esencial de información sobre lo que puede ocurrir, pero en esencia, somos nosotros y sólo nosotros los que decidimos nuestro futuro mediante nuestras elecciones y nuestros comportamientos.
En principio, alguien que nos promete solucionar nuestros problemas, que nos garantiza una felicidad inmediata o que, simplemente no pide una cantidad de dinero, sin hablar con nosotros, sin preguntarnos y sin, al menos presentarse y explicarnos su método; es una persona poco recomendable que dista bastante de los principios de un tarotista y una persona honesta y fiable.
Es evidente que los gabinetes y los círculos esotéricos los hacen las personas que trabajan y se responsabilizan de estos sitios tan especiales. Si quien crea un gabinete de Tarot se preocupa de contar con personas honestas, fiables y con profundos conocimientos en el campo del Tarot, sin lugar a dudas todo ello redundará en la imagen, en el trabajo y a la postre, no solo en las predicciones, sino también en el estado de quien consulta. Es esencial en nuestro trabajo que la persona que tenemos delante y pregunta, se sienta satisfecho con el aporte de información, por un lado, aunque dicha información, como ocurre a veces, no sea grata o la que se esperaba y, por el otro lado, que la persona salga de nuestro gabinete distinta a como entró, mejor, con mayor confianza en el futuro y una más elevada auto-estima.
Nosotros, los tarotistas, transmitimos lo que somos. Paz, confianza, iluminación, empatía, ayuda, tranquilidad, armonía y los guías para encontrar un camino interior hacia una felicidad productiva y una auto-confianza personal duraderas y firmes. Todo eso somos, todo eso debemos ser, aportar y saber transmitir; pues esas son las enseñanzas que desde la noche de los tiempos transmiten los Arcanos y su filosofía de conocimiento y de entrega.
Son muchos los factores que hacen de nuestro Gabinete de Tarot un círculo distinto y especial, sin embargo cabría destacar tres de esos elementos esenciales que quizá y tras observar las disputas y la beligerancia entre otros profesionales del Tarot, nos diferencian del resto. A saber:
- En primer lugar nuestra actitud. La nuestra debe ser y es una actitud de paz, de sosiego y tranquilidad. A veces antes de hablar, conviene saber escuchar. Oir y sentir cual es el drama o la congoja o la preocupación de la persona que tenemos delante. Después de saber y sobre todo, de comprender, podremos profundizar en las cartas. Serán entonces los Arcanos quienes indiquen el medio, la terapia para que esa persona salga cambiada y reconfortada. Porque la solución, siempre, radica en un camino interior y una iluminación de nuestra propia conciencia y nuestras propias fuerzas. Los Arcanos han de ser la luz en estos casos.
- Siempre ser depositarios de la verdad. Aunque duela a veces, debemos ceñirnos a la certeza de las cartas. De nada sirve prometer y confiar y decir que las cartas arreglarán el futuro o la situación si, cuando salga de nuestro Gabinete la realidad se obstinará con esa persona. A veces la verdad duele, pero en loor a la honestidad y a nuestra promesa de ayuda, debemos decirla.
- Este último punto se relaciona con el anterior: la manera en la que transmitimos la información de los Arcanos. Es esencial saber comunicar, transmitir esa verdad desagradable, muchas veces, de una manera en la que el dolor sea el mínimo posible. Para ello una buena estrategia es decir, comunicar y acto seguido informar y dar esperanza y recursos para afrontar y superar esa verdad.
Desde aquí, desde nuestro círculo de Tarot, diremos para concluir, dejamos al resto en sus pugnas y sus competencias, nosotros no queremos ser los mejores, simplemente queremos que nuestro trabajo, nuestro conocimiento germine en las personas a modo de esperanza, de amor, de fuerza y de veracidad. Porque creemos en las personas, por eso creemos en el Tarot.
Diremos para terminar que el mejor Gabinete de Tarot es el que más honestidad nos ofrezca y, evidentemente, el que mejor se adecue a nuestras necesidades.
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