¿Es posible terminar una relación cuando aún hay amor? Quizá te haya surgido esta pregunta en más de una ocasión. Os amáis, pero os encontráis en momentos vitales diferentes. Vuestros caminos, que un día se unieron, hoy necesitan separarse.
Los motivos pueden ser diversos, pero básicamente se enraízan en una evolución diferente de cada uno de los miembros de la pareja. El amor sigue palpitando, pero tal vez tú quieras un hijo mientras tu pareja no se encuentra preparada para ello.
Vuestros corazones suenan al unísono. No existen infidelidades. No hay sentimientos de odio, rencor o vacío. Sin embargo, tú prefieres comenzar tu vida en otro país. Tal vez quieras alternativas que no te puede dar la persona amada.
Cómo terminar una relación cuando aún hay amor
El período de aceptación y de entonar el adiós
El amor no lo es todo en una relación. Cuesta aceptarlo, pero es así. La primera etapa para terminar una relación cuando aún hay amor es la de la aceptación. La cultura quizá te haya influenciado de tal manera que te cuesta reconocer que es preciso decir adiós a esa persona que tanto quieres.
Puedes haber vivido una separación o una no separación traumática de tus padres. La sociedad te ha condicionado de tal forma que sientes que la ruptura es la consecuencia de que las mariposas en el estómago se han esfumado. Nada más lejos de la realidad. Puede haber amor, pero vuestros instantes vitales difieren.
Se han relacionado las rupturas con sentimientos atroces tales como el rencor, el odio o la venganza. No queremos convertirnos en la peor versión de nosotros mismos y, con ello, nos perdemos a nosotros mismos por el camino.
Aceptar que es necesario despedirse es imprescindible para que seas la mejor versión de ti mismo y no muestres tu peor cara, como te han dado a entender. Así podrás terminar una relación cuando aún hay amor. Las videntes te orientarán para dar este gran paso.
Cuatro etapas para terminar una relación cuando aún hay amor
Algunos profesionales han puesto sobre el papel cuatro pasos para culminar una relación aun cuando existe amor. Te los detallamos:
¿Amigos para siempre?
Puede resultar hasta romántico y civilizado el mantener un vínculo amistoso con nuestra antigua pareja. Sin embargo, no es conveniente. Al menos, en un principio, cuando la herida todavía permanece abierta y supura. Te dolerá, pero ahora has de cuidar de ti mismo y, para ello, mejor alejarte de la persona por la que tanto amor sientes.
El tiempo se encargará de decidir si seréis amigos. En este momento, debes aprender a ser tu mejor amigo y mimarte todo lo posible. ¿Y si hay hijos de por medio?, te preguntarás. No es preciso que tengáis una unión amistosa. Una buena relación entre los padres no es sinónimo de amistad.
Deja atrás la idealización de tu expareja
En muchas ocasiones situamos a nuestros compañeros en un pedestal del que nos resistimos a bajarlos. Los idealizamos de tal manera que la ruptura se convierte en más dura si cabe. Deja atrás los buenos momentos. Pertenecen al pasado. Ahora toca palpar la realidad y situarte en el presente. Rememora los motivos que te hacen alejarte de esa persona y deja de recrearte en ilusiones y fantasías.
Tu cerebro busca curar a tu corazón y, cuando menos te lo esperas, te saca a relucir momentos pasados idílicos con tu pareja.
Según apuntan algunos psicólogos, una buena táctica para salir de esta espiral idealizadora, consiste en anotar los momentos dolorosos que surgieron durante la relación y leértela cada vez que salga a relucir la idealización.
En este sentido, es fundamental no dejarse llevar por la ira, sino situarse en la realidad para que, sin darte casi cuenta, lleguen la aceptación y el perdón.
Perdona
Es de gran ayuda no dejarte llevar por la ira, sino dar la bienvenida al perdón. Tienes que intentar no hacer daño al otro. Ante todo, porque os seguís queriendo y la ruptura ya acarrea dolor.
Resulta útil empatizar, ver las cosas desde la perspectiva de tu expareja y reconciliarte con la situación.
Es saludable y beneficioso seguir amándose
El que se haya hecho patente una ruptura no significa dejar de amarse. En este caso, la madurez personal reside en reconocer que os encontráis en un momento de la existencia diferente, con proyectos que difieren o valores incompatibles.
Es preciso matizar este aspecto: ya que amamos al otro, queremos lo mejor para él y esto implica que los caminos se separen por los motivos que te hemos detallado. Sencillamente, el amor ha cambiado y evolucionado a lo largo del tiempo.
En gran medida, el dolor que sentimos está asociado a la pérdida. Por eso es vital que nos demos cuenta de que la persona que tanto queremos seguirá viva en nuestros recuerdos y que jamás la perderemos. Si necesitas apoyo, llama a una vidente profesional.
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